Es uno de los capítulos del libro, el cual trata de un joven deshollinador, que con mucho esfuerzo había trabajado limpiando chimeneas ante de que llegara el invierno. Sin embargo todo el dinero que recaudo se le extravió por causa de tener uno de sus bolsillos del pantalón tenia un pequeño orificio, en donde aquel dinero se le cayó.
El joven se encontraba frente a un liceo de niñas llorando desconsoladamente por la sucedido; muchas niñas que salían de clases, se dieron cuenta que aquel joven se encontraba llorando. Muchas niñas se acercaron a el y le preguntaron por que motivo a razón estaba llorando.
El hombre con mucha vergüenza les contó el motivo de su tristeza. Las niñas conmocionadas se miraron unas a otras, y una de aquellas niñas saco todo el dinero que tenia en su bolsillo. Fue así como las demás muchachitas se reunieron e hicieron una colecta, donde recaudaron todo el dinero que el pobre joven con mucho esfuerzo había ganado.
El joven y las niñas estaban muy contentos, ya que ellas habían hecho una buena causa y el por que se sentía feliz por la ayuda de aquellas jovencitas.
Muchas veces no somos capaces de donar algún aporte a una institución o esas personas indigentes que necesitan una pequeña cooperación para alimentarse o para alimentar a su familia. Sin embargo siempre estamos con la desconfianza por delante.
Es por eso que este capítulo trata de demostrarnos que no es así, que hay que ayudar cuando se nos necesite y sin desconfianza.
El joven se encontraba frente a un liceo de niñas llorando desconsoladamente por la sucedido; muchas niñas que salían de clases, se dieron cuenta que aquel joven se encontraba llorando. Muchas niñas se acercaron a el y le preguntaron por que motivo a razón estaba llorando.
El hombre con mucha vergüenza les contó el motivo de su tristeza. Las niñas conmocionadas se miraron unas a otras, y una de aquellas niñas saco todo el dinero que tenia en su bolsillo. Fue así como las demás muchachitas se reunieron e hicieron una colecta, donde recaudaron todo el dinero que el pobre joven con mucho esfuerzo había ganado.
El joven y las niñas estaban muy contentos, ya que ellas habían hecho una buena causa y el por que se sentía feliz por la ayuda de aquellas jovencitas.
Muchas veces no somos capaces de donar algún aporte a una institución o esas personas indigentes que necesitan una pequeña cooperación para alimentarse o para alimentar a su familia. Sin embargo siempre estamos con la desconfianza por delante.
Es por eso que este capítulo trata de demostrarnos que no es así, que hay que ayudar cuando se nos necesite y sin desconfianza.